La antropología es una de las ciencias sociales con una agenda intelectual y académica extremadamente ambiciosa. Su objeto central de estudio es la permanencia y el cambio de los fenómenos socioculturales, por ende se ocupa de conocer y analizar a la humanidad entera. Se interesa por cada una de las diferentes vías de evolución de las sociedades humanas y por identificar las respectivas trayectorias de pueblos y culturas desde las épocas tempranas de la prehistoria hasta el tiempo actual. La diversidad cultural, étnica y social, en y entre las sociedades, se manifiesta en todos los rincones del planeta. Concierne a la antropología la adaptación humana a variados climas y territorios; fríos, templados y cálidos; húmedos y áridos; planicies y montañas. Le compete tanto el estudio de las sociedades simples como el de las más complejas.
Los antropólogos han contribuido al conocimiento de las variadas formas de subsistencia en pueblos de cazadores y recolectores, de pastores y agricultores; y han procurado explicar los procesos de integración de tales pueblos a las sociedades más complejas en el contexto de la expansión del sistema mundial capitalista. A la antropología le han interesado las minorías étnicas y las clases populares por igual, pero también las élites gobernantes y las estructuras estatales. Hay especialistas en ramas como la antropología jurídica, la antropología política, y la antropología económica. El parentesco, la religión, el lenguaje y diversas expresiones simbólicas son apreciados objetos de estudio.
Al ocuparse de un universo de objetos sociales y culturales tan vasto, los antropólogos eligieron un acercamiento holístico; buscan establecer las interrelaciones existentes de tipo causal, funcional o simbólico entre los distintos componen- tes de las diferentes culturas. El análisis comparativo es una herramienta muy eficaz para identificar diferencias y similitudes entre los casos examinados. El estudio detallado de culturas ágrafas mediante la observación participante, elevó al trabajo de campo en uno de los métodos característicos e ineludibles de la investigación en antropología. Las etnografías sobre sociedades y culturas son entonces resultados que distinguen la producción antropológica.
En consecuencia, ningún libro en particular podría reflejar toda la riqueza de herramientas teóricas y metodológicas que los antropólogos han empleado para el estudio de las culturas y sociedades humanas. De la misma manera, la diversidad cultural observada por viajeros, misioneros, administradores y en el siglo XX por los profesionales antropólogos en aquellas sociedades humanas con las que se ha tenido contacto, en todo el orbe y a lo largo del curso de la historia, sólo podría quedar consignada en una incontable multitud de libros y artículos. No hay una sola biblioteca que contenga en sus estanterías los frutos de la labor etnológica de esta multitud de autores-escritores. La descripción etnográfica de cada una de las sociedades particulares conocidas no puede evitarse por una aplicación de teorías generales construidas a priori, ni sustituirse por las conclusiones alcanzadas en el estudio de alguna sociedad particular estudiada a profundidad. Y si se quieren alcanzar generalizaciones a partir de estudios empíricos, será necesario que la descripción detallada de una sociedad se conduzca con alguna orientación teórica, mediante la formulación de hipótesis que guíen la recolección de datos y organicen la interpretación de las características generales del fenómeno estudiado en tal o cual sociedad particular.
Por tales razones, la adecuada formación académica de los antropólogos dependerá de su acceso a una bibliografía extensa. Los hallazgos y avances del conocimiento antropológico se encuentran dispersos en diversos géneros literarios propios de la disciplina. Hay miles de trabajos monográficos que registran la labor de recopilación de datos empíricos acerca de distintas sociedades dispersas en los cinco continentes. Existen trabajos de corte más comparativo, mientras que otros tienen un propósito más teórico. Sin embargo, las grandes síntesis del conocimiento en una región o área cultural son más es- casas y hay relativamente pocos trabajos que tengan una perspectiva mundial. La composición de la literatura antropológica es pues un indicador de su desarrollo, de su capacidad para formular generalizaciones a partir de estudios específicos y de su comparación espacial y temporal.
A partir de estas reflexiones, compartidas por un grupo de instituciones mexicanas comprometidas con la investigación y la docencia en antropología, surgió un proyecto que tiene como propósito ofrecer a investigadores y estudiantes, y en general al público de habla hispana, obras claves para el desarrollo del conocimiento sobre las sociedades y culturas humanas. Fue así que se concibió la colección CLÁSICOS Y CONTEMPORÁNEOS EN ANTROPOLOGÍA.
Existe una gran cantidad de obras relevantes para el desarrollo de diversas líneas de investigación en antropología que nunca fueron traducidas al español. Otras más, que sí lo fueron, dejaron de ser reimpresas o reeditadas y ya no se encuentran en el mercado. Las bibliotecas institucionales de reciente creación no cuentan con todos los libros clásicos de la disciplina y difícilmente los podrían adquirir.
La selección de esta literatura, que podría caracterizarse como “clásica”, constituye un asunto controvertido y susceptible a interminables discusiones. Este proyecto editorial, con amplia gama de opciones académicas para la publicación de “clásicos”, deberá sortear los límites inevitables del financiamiento e intentar satisfacer las preferencias de los lectores. Incluirá también textos contemporáneos que muy probable- mente con el tiempo habrán de adquirir el reconocimiento académico correspondiente. Los criterios de selección se afinarán a lo largo del desarrollo del proyecto, a partir tanto del contexto temporal y regional, como de las necesidades culturales más explícitas.
En los grandes polos del pensamiento antropológico, ubicados principalmente en Gran Bretaña, Estados Unidos y Francia, la antropología se ha construido en múltiples direcciones. En sus bibliotecas abundan libros y trabajos de investigación sobre casi todas las culturas del mundo, incluyendo una vigorosa producción teórica. Muchas casas editoras recogen y difunden la producción de universidades e institutos de investigación. Por lo que toca a los países que podríamos calificar como periféricos, es posible distinguir a aquellos que han mostrado un mayor interés por el desarrollo de la antropología. En el mundo iberoamericano, países como Argentina, Brasil, Colombia, España, Guatemala, México y Perú pueden considerarse entre los que se han caracterizado por tener una mayor densidad antropológica. En ellos se fomenta la antropología con un enfoque circunscrito relativamente a los fenómenos y problemas locales, de suerte que la producción académica se orienta hacia aquellos fenómenos socioculturales más relevantes de cada nación. En cada uno de estos países se ha presentado, en diferentes momentos, una influencia dominante de alguno de los centros hegemónicos de producción antropológica. Las preferencias intelectuales del mundo antropológico iberoamericano se reflejan claramente en los acervos de las bibliotecas especializadas en antropología en cada país. Las mejores y más completas bibliotecas han logrado reunir, y proporcionan a sus usuarios, tanto la literatura antropológica representativa de los países hegemónicos como la producción del propio país. Pero la producción de países vecinos, igualmente periféricos con antropologías de importancia, generalmente está subrepresentada en dichas bibliotecas, así como en los programas académicos de las instituciones y universidades respectivas. En los demás países el desarrollo de la antropología es relativamente pobre y aquellos estudios que prevalecen son los del folklore local y la prehistoria.
México se encuentra entre los países con una tradición antropológica vigorosa. Si bien existe un reconocimiento local y mundial de la antropología mexicana, sus investigadores y estudiantes con frecuencia tienen un conocimiento precario de la producción de otros países de la región con una tradición antropológica importante. La política mexicana de apertura a la inmigración de perseguidos políticos permitió un flujo de ideas y conocimientos antropológicos novedosos y estimulantes, primero con la llegada de inmigrantes provenientes de Europa a raíz de las vicisitudes de la Guerra Civil Española y de la Segunda Guerra Mundial, y luego, en las décadas de 1960 y 1970, con el arribo de contingentes asilados que huían de las dictaduras surgidas en América del Sur. Estas corrientes migratorias tuvieron un efecto cultural muy importante para el país receptor. Al llegar a México y a las instituciones académicas que les abrieron sus puertas, aquellos universitarios perseguidos rompieron barreras culturales locales y auspiciaron un flujo de nuevas ideas y teorías que fructificaron intelectualmente, no sólo en el campo de la antropología sino también en muchos otros campos de las ciencias sociales y las humanidades. Lo anterior da cuenta de que el desarrollo de una disciplina se nutre no solamente de la problemática social y cultural nativa, sino también de manera significativa de las corrientes y flujos culturales externos.
La colección CLÁSICOS Y CONTEMPORÁNEOS EN ANTROPOLOGÍA tiene como aspiración y propósito satisfacer no únicamente las necesidades locales de programas académicos de formación, sino cubrir un espectro más amplio. Las instituciones que impulsan la publicación de libros de antropología han hecho suya la oportunidad y sugerencia de auspiciar el flujo cruzado de conocimientos antropológicos externos, no solamente aquellos originados en los países hegemónicos, sino también en los países periféricos con una producción antropológica respetable, poco conocida y aplicable a circunstancias análogas en otras latitudes. La colección incluye una composición variada en temas y corrientes teóricas que, esperamos, nutra a las subespecialidades de la antropología. Incluye traducciones de aquellos libros que han logrado una reconocida influencia en el desarrollo de la antropología y que, sin embargo, no han sido publicados en español; pero también comprende reediciones de obras que se encuentran agotadas, con el objeto de atender la demanda vigente entre los estudiantes de antropología.
La iniciativa original de esta colección surgió en 2004, cuan- do confluyeron los intereses de la Dirección General del CIESAS con la maduración de un proyecto largamente acariciado, relacionado con la publicación de libros clásicos de antropología que se requerían en la docencia e investigación. Se buscó y encontró la colaboración del Departamento de Antropología de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, y del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad Iberoamericana, para llevar adelante esta empresa aportando los recursos humanos y materiales necesarios. Se conformó así, en 2005, una comisión académica plural que definiera los criterios necesarios para seleccionar los autores y títulos que se publicarán en los próximos años. Dicha comisión, integrada por profesores-investigadores de las tres instituciones, abrazó la idea de añadir a la colección de libros clásicos aquellos títulos y autores contemporáneos que recientemente han desarrollado nuevas líneas de investigación, tales como estudios de género, desastres y pluralidad étnica, entre otros. En el futuro muy probablemente otras instituciones se sumen a este esfuerzo. Nuestra meta de poner al alcance de investigadores y estudiantes de antropología una selección de libros indispensables para su desarrollo académico plural dependerá, en gran medida, de la recepción que los lectores otorguen a éste y los próximos títulos.
Virginia García Acosta
Roberto Melville
CIESAS